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    Manuel Diez Matilla : un destino olvidao

     

     

     

     

     

    Psicoanalisis de la obra de Manuel Diez Matilla

     

    Octava partie

     

    Refundicion al jueves 11 de agosto 2011

     

    Por Christian Diez Axnick

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     Más arriba una vieja memoria, nuestra casa al principio de los años 60.

    Más abajo nuestro cartel en la gran época.

     

     

     

     

     

     

      Debo decirlo, cuando mi tía había venido de España con su sobrina, esto me había dado un poco el mal del país. El español es una lengua tan poética, tan melodiosa, a la prosa tan imaginativa y sorprendente. Me gusta esta lengua, que canta menos que el italiano, pero permite tantas sutilezas y finura en una discusión.

     

      El español es la lengua del agradable y del refinamiento, del humor típicamente español.

    El humor flemático de esta lengua, tranquilo, lléno de gracia, es para mí algo de lo que no pudiera pasarme.

     

      Francia es un país globalmente más rico que España, Cataluña inclusa. Sólo en Ile-de-France, cada región prácticamente posee por lo menos una centena de castillos con parques y jardines. El de Chamarande, en la Essonne, dispuesta de un parque gigantesco, a dejar sin respiración.

    Los archivos nacionales se encuentran allí, como en Pierrefitte (trabajé donde de BETOM para el climatización ). Más de 20 000 obreros murieron en cambio en el momento de la construcción del castillo de Versalles, particularmente debido a los pantanos y a la malaria.

     

     Un mundo entero se derrumbó con la muerte de Manuel Diez, el de también las últimas ilusiones de un mundo un poco más justo, un poco menos sectario. Verdaderamente era un gran genio, hoy sus cuadros han ido por todas partes, la familia, los amigos, algunas ventas alimentarias.

     

     No quiero ser carroza, pero encuentro que pintores de su dimensión y de su anchura ya faltan en nuestra época deshilvanada, donde tratamos de dar a conocer a algunos artistas modernos mas mal que bien.

     

     Entrevi la exposición sobre el pintor suizo Paul Klee por ejemplo, o más bien sobrevolé. Gérard Garouste recientemente había salido en la televisión. Pero no vuelvo a encontrar la preocupación del detalle y la pasión invasora de la perfección que poseía, la punce que tenía.

     

     Él y Jeumont son gente encantadora, con la cual mi padre trabajó sin embargo una veintena de años y para los cuales realizó centenas de mesas y de muebles. Pero para ir a la delantera de las dificultades, diría que el mundo del arte se estancaba hoy, para no decir que se encuentra en el callejón sin salida donde quisieron echarlo bien.

     

     

     

     Las partes fueron injustamente repartidas desde el principio. Quiero decir por ahí que no se rehará más a un artista como mi padre. Y luego, Francia es un país celoso de sus prerrogativas, el mismo explotador. Allí es a cada vez más difícil de trabajar, de encontrar allí la inspiración que es nuestra fibra todos.

     

      Esta inspiración, venía a veces a faltarle, pero acababa siempre por rehacer superficie de improviso. Mi padre trabajaba con toda su cabeza. Era un pintor inteligente, muy maligno y muy despabilado. Tenía este sentido innato de la pintura, esta pasión devoradora, esta facultad para resolver las dificultades más grandes, estos relámpagos luminosos excepcionales. Tenía la clase y el talento reunidos.

    Toda su vida pasaba y desfilaba delante de los cuadros que componía.

     

     

     

     

      Honestamente, no tengo nada de todo eso, de las calidades que tenía, aunque tomé muchas notas de lo que me explicaba y me enseñaba. Siempre me sostuvo, siempre me dirigio, siempre me enseño sus mil y una astucias y otras pequeñas bateas. Su talento era insensato. Fui maravillado por lo que veía, roto, faroleaba, muchas veces pasmando completamente. Cuando pienso en él, tengo la impresión de ser un enano al lado de él. En alguna parte, casi tengo vergüenza de mí, pero vuelvo a vivir los instantes maravillosos que pasamos a veces, veo de nuevo en sueño al trabajador infatigable el que era. Siempre lo seguí como pude, lo mejor posible.

     

      Sí, podía tener a veces un poco de desprecio para tal o tal, o no gustar a tal o tal otro, tallar los más grandes, un tal genio podía permitírselo. No es poco decir. Lo vi a la obra durante años. Me aplastaba como un vulgar piojo de toda su clase. Casi me atrevería

     

     

     

     

     

     

     

      Oui, il pouvait parfois avoir un peu de mépris pour tel ou tel, ou ne pas aimer tel ou tel autre, toiser les plus grands, un tel génie pouvait se le permettre. Ce n'est pas peu dire. Je l'ai vu à l'oeuvre durant des années. Il m'écrasait comme un vulgaire pou de toute sa classe. Casi me atrevería a decir que daba el aire de un gilipolla frente a tal monstruo de la pintura, tanto para el aléo, como para el celulósico, la pintura al agua o el pastel. Mis fundamentos fueron explotados por tanta maestría y destreza. Me encontré un poco en una carrera paralela un poco en solo, tanto no tenía las cualidades requeridas. Algunos apreciaron mi trabajo, hasta él a veces. Me prodigaba todos sus estímulos, me ayudaba mucho.

     

     

      Nacido de un mundo prosaico sobre el punto de desaparecer, un mundo excepcional que no se encontrará más, Manuel Diez también fue en alguna parte el producto de este mundo, uno de sus últimos representantes.

     

     

     

     

     

     Tenemos un punto común, es que agarraba muchas notas al lápiz en su taller que dejó plaza hoy a una extensión de la casa. Yo también sobre mi lugar de trabajo, en general tomo notas. Puedan estas algunas líneas ayudar, consejar y inspirar los talentos que vienen, a los jóvenes que llegan.

     

      Me acuerdo de una entrega en Deauville. Absolutamente había querido que Katia Granof le dedicara su libro " de España " en Honfleur. Les consagraba una pasión verdadera a los escritores contemporáneos. Le gustaba mucho leer. Quería mucho a Jean D' Ormesson por ejemplo, o Michèle Morgan como lo dije en otro lugar en mis estudios.

     

      Pase por Honfleur con Hanifia después de una estancia en Fécamp. Su galería existe siempre. Los artistas buenos exponen siempre en Honfleur. El paseo a lo largo de las galerías es dulce y agradable. Honfleur es una pequeña maravilla adosada al mar, y hasta cuenta una pequeña playa. Las luces de Fécamp son muy hermosas por la noche también.

     

      Sobre la foto que sigue, anterior en el tiempo, lo vemos en compañía de Jasper, el perro que probablemente ma le gustó. Vino con nosotros también a Deauville, como Viking, el pastor alemán, tuvimos varios de este nombre. Jasper había mordido a Guy, del décors du logis, una vez que había venido. No era de todo descanso. Pero era muy afectuoso con mi padre.

     

     

     

     

      Percibimos la vieja mesa del taller, en la cual trabajó tanto, y el baratillo al fondo.

     

     

     

     

      En esta foto, David esta abajo a la izquierda, y yo sentado sobre mi padre tumbado.

     

     


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